14 de junio de 2020

Sociedad

Niños de la zona rural de Tandil son envenenados silenciosamente con plaguicidas

"Los niños de nivel primario nos relataron con orgullo cómo ayudaban a sus papás en la aplicación de plaguicidas con mochila, sin precaución alguna; o cómo se les morían las gallinas cuando pasaba el mosquito. Las maestras nos informaron que algunos de los niños ayudaban como banderilleros", dice un informe realizado por científicos de la Unicen en la zona rural de Tandil.

Es que en el suelo y en los tanque de agua de 15 escuelas rurales del distrito, tomadas como muestra para ese trabajo científico, detectaron ingredientes activos de agroquímicos plaguicidas. Hallaron un total de 16 ingredientes a los que se les atribuye efectos de carcinogenicidad, neurotoxicidad, genotoxicidad y reproductivos.

"El uso de productos biocidas sintéticos, particularmente en las vaporizaciones periódicas en los campos de cultivos aledaños a las escuelas rurales, ponen en riesgo la salud de los alumnos y personal docente. Este riesgo hace necesario generar conciencia en la población, particularmente la rural, y al mismo tiempo ofrecer alternativas viables y sostenibles de producción", señala un resumen elaborado por científicos de la Unicen.

Científicos de la Universidad Nacional del Centro presentaron un informe sobre el uso de agroquímicos plaguicidas en los ámbitos de las escuelas rurales del Partido de Tandil y revelaron el riesgo al que se ven sometidas esas comunidades que asisten a diario a un espacio cuyo suelo y tanques de agua están repletos de sustancias nocivas para la salud.

Este informe fue financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias a través del programa "Compromiso Social de la Comunidad Universitaria" y resume los resultados de dos proyectos que se desarrollaron durante el 2017 y el 2018. En total, trabajaron con 15 escuelas.

"Numerosos estudios sobre la contaminación ambiental producida por estos compuestos dan cuenta de que las moléculas de agroquímicos plaguicidas son transportadas muchos kilómetros por aire, se descargan con las lluvias, se depositan en los suelos y el viento las desplaza junto con el sedimento eólico, corren por ríos y arroyos y, por supuesto, se infiltran en las napas de agua", explica el texto introductorio.

"La fracción de una aplicación de plaguicidas que puede derivar (es decir, desplazarse en el aire) alcanza valores de hasta el 90% del producto arrojado sobre un cultivo. En el caso de los herbicidas, está demostrado que la eficiencia de uso es inferior al 20%", añadieron.

Aseguran que en las últimas dos décadas, se ha intensificado el uso de productos biocidas sintéticos que "incrementan el riesgo para la salud de las poblaciones aledañas, y el deterioro del ambiente y de los procesos ecológicos fundamentales para el sostenimiento de la vida".

Y al respecto, indican: "La invisibilización de los riesgos y daños asociados al uso de los agroquímicos biocidas pone en evidencia la necesidad de dar a conocer a la población sobre ellos para que pueda tomar las precauciones pertinentes. En el caso de las escuelas rurales del partido de Tandil, la preocupación de la comunidad educativa con relación a las pulverizaciones ha ido en aumento ya que las mismas se realizan en las inmediaciones de las escuelas. En los últimos años, docentes y padres de varias escuelas rurales de Tandil han manifestado su inquietud respecto a esta problemática ambiental e incluso la han hecho pública a través de denuncias en medios locales".

Muestras de Suelo

Por otro lado, en las muestras de suelo tomadas al azar de los predios escolares, los ingredientes activos más frecuentes fueron Atrazina y su metabolito Atz-OH (63% y 69% de las muestras respectivamente), AMPA (69%, metabolito del Glifosato), Glifosato (56%) y 2,4-D (50% de las muestras).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de estos 16 ingredientes activos detectados, los herbicidas Atrazina, Diclosulam, Imazapir, Imazetapir e Imazaquin están clasificados como Clase IV (banda verde). Los herbicidas Acetoclor, Glifosato, Metolaclor, Metsulfurón metil y el fungicida Triticonazol pertenecen a la Clase III (banda azul).

Finalmente, pertenecen a la Clase II (banda amarilla) los insecticidas Clorpirifós e Imidacloprid y el herbicida 2,4-D. Los compuestos Atz-OH, Atz-desisopropil y Atz-desetil son metabolitos (es decir producto de la degradación) de la Atrazina, mientras que AMPA (ácido aminometilfosfónico) es metabolito del Glifosato.

Los agroquímicos plaguicidas que se encontraron en las muestras presentaron concentraciones muy por debajo de aquellas que producen toxicidad aguda, "es decir cuyos efectos tóxicos se manifiestan luego de una exposición única de corta duración, usualmente durante 24 horas después de la misma, y que se refiere a la capacidad de una sustancia para producir una lesión, irritación o alergia a nivel de la piel, los ojos y las mucosas".

"Sin embargo, no existen límites definidos para evitar la toxicidad crónica o a largo plazo, es decir la que produce enfermedades que se desarrollan con el tiempo luego de que la persona fue expuesta una o repetidas veces al plaguicida. En particular, corresponde mencionar que muchos plaguicidas son genotóxicos y/o disruptores endocrinos, que son capaces de generar efectos nocivos a la salud a muy bajas dosis", advierten.

Testimonios escalofriantes

"El trabajo realizado nos permitió comprender, tanto a los extensionistas como a los docentes rurales, que las familias rurales no cuentan con información correcta y adecuada de los riesgos que corren cotidianamente por la manipulación y/o exposición a los agroquímicos biocidas y en muchos casos se observa un desconocimiento de los peligros", señalaron los investigadores.

"Es así como los niños de nivel primario nos relataron con orgullo cómo ayudaban a sus papás en la aplicación de plaguicidas con mochila, sin precaución alguna; o cómo se les morían las gallinas cuando pasaba el mosquito. Las maestras nos informaron que algunos de los niños ayudaban como banderilleros, lo cual sorprende dada la disponibilidad de tecnología que los reemplace. Incluso es frecuente escuchar que los niños llaman 'remedios' a los plaguicidas, lo cual contribuye a creer que los plaguicidas no pueden hacer ningún daño dado que los remedios son para sanar. El problema reside en el riesgo para el bienestar físico de los niños y sus familias que significa el estar expuestos a acción tóxica de los agroquímicos plaguicidas.

Escuela por escuela:

-En María Ignacia -Vela, la EES N°5 se encuentra ubicada en plena zona urbana. Aún así, se detectaron en las muestras de suelo el herbicida Atrazina y dos de sus metabolitos, así como el funguicida Titriconazol.

-La EES Técnica N°2 Anexo 3021, Fulton, se localiza al extremo de la planta urbana, lindera a un campo agrícola, protegida por una hilera de árboles. Se encontraron 7 plaguicidas en las muestras de agua y 6 en las de suelo.

-La EEP N°33 "Guillermo E. Hudson", Paraje La Porteña, está inserta entre campos. Se encontraron 8 plaguicidas en las muestras de suelo. No se tomaron muestras de agua.

-La EES Agropecuaria N°1 "Dr. Ramon Santamarina", llamada también Escuela Granja, se encuentra rodeada de campos de actividad agropecuaria. Se encontraron 7 plaguicidas en las muestras de agua y 4 en las de suelo.

-La EEP N°19 "Bernardino Rivadavia" y la EES Técnica N°4 de Gardey, se ubican dentro de la planta urbana, pero relativamente cerca de su límite. Se encontraron 2 y 1 agrotóxicos plaguicidas en las muestras de suelo, respectivamente. No se tomaron muestras de agua.

-La EEP N°6 "Amanecer de Esperanzas" y la EES N°6 Ext.2020, Paraje San Antonio, comparten un predio inserto entre campos de cultivo. Dicho predio se muestreó en dos oportunidades (junio y diciembre). En las muestras de agua se encontraron 4 plaguicidas en el primer muestreo y 6 en el segundo, mientras que en las muestras de suelo se encontraron 7 plaguicidas en el primero y 8 en el segundo.

-La EEP N°29 "Cornelio Saavedra", de Desvío Aguirre, se ubica en una zona dedicada a la ganadería. Detrás de la escuela, pegado al muro perimetral, se encuentra un galpón que guarda el "mosquito" y los plaguicidas de un aplicador. Se encontraron 4 plaguicidas en las muestras de agua y 6 plaguicidas en las muestras de suelo.

-La EES N°13 De la Canal se encuentra rodeada de campos agrícolas y en su predio se encontraron 4 plaguicidas en las muestras de suelo. No se tomaron muestras de agua.

-El JIRIMM N°2 y la EEP N°64 "Almafuerte", Paraje La Patria, está inserta entre campos de cultivo. Se realizaron dos muestreos (junio y diciembre). En las muestras de agua se encontraron 5 plaguicidas en el primer muestreo y 6 en el segundo. En las muestras de suelo se encontraron 5 plaguicidas en el primer muestreo y 4 en el segundo.

-La EEP N° 12, "Miguel de Azcuenaga", en el Paraje Los Mimbres, está ubicada sobre la Ruta 74. Se encontraron 5 plaguicidas en las muestras de agua y 4 en las muestras de suelo.

-El JIRIMM N°913, de Azucena, se encuentra algo alejado de la zona urbana y rodeado de campos. Se encontraron 2 plaguicidas en las muestras de agua y 2 en las muestras de suelo.

-La EEP N°4 y la EES N°16, de Cerro Leones, se encuentran en la periferia de Tandil, pero no hay actividad agropecuaria cercana. Se tomaron muestras de suelo en el predio de la EEP N°4 en junio y en la EES N°16 en diciembre, encontrándose 3 plaguicidas en la primera y otros 3 distintos en la segunda. No se tomaron muestras de agua.

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