Opinion. Mucho más que el triunfo de Trump

El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos no es sólo la llegada de un excéntrico magnate a la Casa Blanca. Es, triste y amargamente, mucho más que eso. 

Trump, sus formas, métodos, modos, ideas o la falta de ellas, evidencia el ocaso de una sociedad que elige, como a su máximo representante, a un hombre que desprecia a las mujeres; que en campaña, cuando se supone que debía seducir a propios y extraños, clamaba a gritos que los inmigrantes eran delincuentes y violadores; que prohibirá la entrada de musulmanes a Estados Unidos; que restablecerá el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo; y que, además, enviará de vuelta a sus casas, absolutamente devastadas, a los refugiados sirios. 

Quizás nos lleve algo de tiempo dimensionar qué significa la llegada de Trump al poder; quizás lo iremos entendiendo cuando otros delirantes del mundo empiecen por expresar las mismas ideas en otros idiomas, quizás cuando nuestros hermanos refugiados vean que puertas, puertos y fronteras se siguen cerrando; o cuando percibamos con una dosis de cierto estupor que lo individual asfixia a lo colectivo y que la solidaridad sólo se ensaya como un ejercicio de marketing espiritual para aquellos que, luego de causar tanto dolor, pretenden "sanar" sus adoquinados corazones.

Puede que Trump sea, como lo han denominado algunos erráticos medios de comunicación, ignorante, vulgar, mentiroso, absurdo y hasta un poco loco, pero desde este lejano e ignorado -en buena parte por seres como Donald- rincón del planeta, creo que, lamentablemente, él representa muchos de los disvalores que erosionan el mundo. 

El individualismo, la competencia desleal, la ambición desmedida, la intolerancia, la esclavización ante los bienes superfluos y la maximización del rendimiento a cualquier costo, no sólo son propiedad excluyente del hombre grotesco de melena superficial y dorada que distrae a multitudes entre ademanes y payasadas. Es francamente alarmante que el presidente electo de la mayor potencia del mundo se transforme en un estandarte de estas ideas perversas que penosamente encuentran aplaudidores rabiosos que ríen como hienas mientras las presas y las víctimas sean los "otros". 

Algunos sentencian que Trump sacudió al mundo con su triunfo. Yo soy de los que consideran que este mundo ya se viene zarandeando hace tiempo en sus miserias y desde allí surgen emergentes, representantes, hombres y "seres" como Donald Trump.