Opinion. ¿Monopolización de la Salud? El Sanatorio empezó a absorber la Chacabuco

El Sanatorio Tandil empezó a absorber la Clínica Chacabuco.  El primer paso será el área de Imágenes pero nadie se atreve a asegurar que allí terminará el proceso de asimilación.  

Los dos prestadores privados de la ciudad podrían terminar siendo uno y monopolizando el servicio que concentra la totalidad de las camas de internación por fuera del sistema público (Hospital). Recientemente, el Sanatorio recibió una inyección financiera muy importante, fue a parar a infraestructura y a equipos, y ahora parece que el dinero sale a buscar otros destinos vinculados a la salud.  

Gran parte de los viejos socios del Sanatorio vendieron, se quedaron con servicios específicos y las decisiones y las acciones quedaron concentradas en otras manos.  El dinero, mayoritariamente, no viene del ámbito de la medicina, sino de otros rubros que han visto una posibilidad de negocios.    

Temen los empleados de la Chacabuco.  ¿Deberíamos empezar a temer los tandilenses también?  

Los trabajadores (a excepción de los médicos) del área ya fueron notificados oficialmente por el gerente general de la Nueva Clínica Chacabuco, Ricardo Saracca.  El hombre que fue puesto en ese cargo por Miguel Lunghi, cuando éste mudó su oficina de la clínica al Palacio Municipal, ya no responde al jefe comunal.  Aseguran allegados al contador que no se hablan.  Ni se saludan.  La conducción se fue alejando del control del pediatra para su disgusto. 

En el ámbito médico, aseguran que Saracca, a poco menos de un año de jubilarse, está lejos de pensar en el retiro tal como lo había planteado hace un tiempo.  Los negocios podrían llegar a verse renovados con estos nuevos inversores que llegaron a la Clínica. Y podría haber gerencia por un tiempo más. Negocios por un tiempo más.  

El área de imágenes de la Chacabuco tenía dos equipos de rayos de la década del 50.  Comprar dos nuevos requería de una inversión que, para los trabajadores, no se trataba de inversión imposible para la Chacabuco, pero la administración optó por la tercerización.  Entregaron el servicio y entregaron también a los empleados, quienes por las dudas ya están haciendo las consultas legales y laborales correspondientes.  Los trabajadores de la Chacabuco se enteraron últimos en todo este proceso.  Médicos y personal del Sanatorio ya estaban al tanto de la absorción desde hace mucho tiempo.  La obra de infraestructura que se está realizando en la planta baja de la Clínica está siendo financiada por el inversor del Sanatorio.  Los equipos que se precisan también serán financiados por la misma fuente.  Los empleados serán propios.  Será la primera vez que la Chacabuco entrega un área fundamental de su funcionamiento, pero la cosa podría seguir por las guardias, por ejemplo. O por el espacio para el centro de resonancia que hoy es alquilado. Y así hacia la totalidad.

Los más quisquillosos recuerdan que la nueva administración del Sanatorio desembarcó en el edificio de la calle Sarmiento haciéndose cargo de la Guardia.  Y desde allí fue ganando espacio hasta quedarse con todo.  

¿Pasará lo mismo con la Chacabuco? Los empleados temen que eso pueda pasar.  Por su parte, algunos dirigentes sindicales que manejan obras sociales que hoy no son aceptadas en el Sanatorio -porque no son las que mejores acuerdos tienen o no siempre hacen los pagos a tiempo- temen que la monopolización los deje afuera del juego o haya un servicio de primera y uno de segunda.  

Finalmente, los allegados a Miguel Lunghi aseguran que el pediatra no está para nada de acuerdo con este desembarco de inversiones pero está atado de pies y manos.  No quiere que el Sanatorio ponga el pie allí, pero Saracca no cede. "Les hablo con el corazón y me responden con el bolsillo" dijo una vez Juan Carlos Pugliese y la frase parece ajustarse a la situación.

Dicen que Lunghi quiere terminar su vida de dirigente en el espacio que le sirvió de catapulta para llegar al Municipio.  El hombre que es amante de las simetrías, quiere terminar donde empezó.  Pero tal vez, si se retrasa otros cuatro años en el Gobierno, no llegue para regresar a la clínica de la que se fue hace 16 años.  Tal vez, para ese entonces la clínica ya sea otra, de otros.