9 de marzo de 2025

Economía del Conocimiento

Geneos y el modelo cooperativo en la tecnología: otra forma de hacer software en Tandil

"Hay rubros, como una fábrica de autos, en donde necesito un montón de capital para montar la empresa. En cambio, nosotros tenemos una industria que es intensiva en materia gris. Solo necesitás una computadora. Entonces, podemos tranquilamente armar nuestras propias empresas", explicó José Fantasía.

Desde su fundación a finales de 2013, la cooperativa Geneos ha trabajado con una premisa: la colaboración por sobre la competencia. José Fantasía, integrante de la cooperativa, relata el camino recorrido por este grupo de programadores que optó por un modelo de trabajo horizontal y asociativo y hoy se destaca en el desarrollo de software de gestión. Actualmente trabajan para el mercado local e internacional. Fantasía se refirió al boom de la programación, el recorte que tuvieron las empresas del rubro el año pasado y la fuga de docentes a la industria dejando un pasivo a futuro: la formación de mejores profesionales.

-¿Cómo nace Geneos?

-Geneos se formó a fines de 2013. Nos encontramos ahí compañeros y compañeras que veníamos todos de distintas experiencias laborales, en empresas o trabajando para otros desarrolladores. Yo hacía un año y pico que me había largado a trabajar de forma autónoma. Teníamos las mismas inquietudes respecto a en qué formato queríamos trabajar.

Todos teníamos claro que no queríamos tener un jefe. Queríamos un laburo más horizontal. Y el cooperativismo, como modelo, fue el que nos cerró como ese ideal que veníamos pensando y proyectando. De ahí se formó Geneos, que es la primera cooperativa de software de Tandil.

Luego se formó Coodesoft hace un par de años. Ambas cooperativas formamos parte, a su vez, de una federación argentina de cooperativas de tecnología que reúne alrededor de 40 cooperativas de todo el país. Nosotros siempre hablamos de cooperar hacia adentro, pero también hacia afuera. Es fundamental para proyectar y promover otro modelo en la sociedad. Nosotros decimos que cooperamos, no competimos. Entendemos que la matriz tiene que ser la de la cooperación y no la de la competencia.

-¿Por qué elegir una cooperativa como modelo de empresa en este rubro?

-Hay distintas maneras de desarrollarse profesionalmente. Podemos ir a trabajar a una empresa, como empleados. Hay mucha gente, por otro lado, que decidió trabajar de forma independiente, los famosos freelancers. Nosotros somos la tercera pata. Creemos que la mejor forma de trabajar es con la independencia que te da trabajar como freelancer, pero de manera asociativa. Ponés tu proyección de lo que querés hacer profesionalmente junto con la de otros. Siempre aparece algo virtuoso ahí.

Nosotros entendemos que siempre es con otros. Si la construcción del producto es colectiva, y tiene a un montón de gente poniendo ahí la inteligencia, el esfuerzo y todo eso, los beneficios tienen que ser proporcionales a lo que cada uno le pone a ese circuito de trabajo. Si no, hablamos de gente que se apropia del trabajo de otros, algo histórico.

Entendemos también que estamos en un rubro que es muy, pero muy, potable para eso. ¿Por qué? Porque hay rubros, como una fábrica de autos, en donde necesito un montón de capital para montar la empresa. En cambio, nosotros tenemos una industria que es intensiva en materia gris. Solo necesitas una computadora. Entonces, en ese sentido podemos tranquilamente armar nuestras propias empresas.

-¿Trabajan para Argentina o también exportan servicios?

-En Geneos laburamos mucho para el mercado local y también tenemos clientes afuera del país. Cuando arrancamos, trabajamos con dos clientes locales. Después con clientes de varios lados de Argentina. Y hace un tiempo vimos la posibilidad de empezar a trabajar para afuera. Se nos abrió otro mercado importante en la proyección económica de la cooperativa. Ahora estamos aproximadamente en un 50 y 50 (trabajo local y trabajo exportado).

Estamos trabajando fundamentalmente con clientes de México y de Canadá. Empezamos a trabajar en una modalidad que se llama staff: desarrolladores de Geneos formando parte de equipos de otras empresas. Luego, y desde hace 2 años, empezamos a vender proyectos afuera, lo que nos permite vender valor agregado. No solo vendemos desarrollo, sino que vendemos también diseño, gestión y análisis, por ejemplo.

-Hace un año, todos los programadores miraban el trabajo fuera del país, pero pareciera que la cosa está cambiando. El tipo de cambio...

-Lo que nos está pasando hoy, puntualmente, a nosotros tiene que ver con el estancamiento del dólar, en un contexto de una economía que es bastante irreal, porque el impacto del día a día, en los precios en general, no va muy parejo con la inflación. Para poder tener un nivel de retiros -los retiros en las cooperativas son análogos a los sueldos en las empresas- suficiente, hemos tenido que ir incrementando lo que cobramos en el mercado local para que el poder adquisitivo no se nos decaiga tanto.

Hoy estamos más caros en el mercado local que afuera. Sucede también que somos un rubro bastante caro para la economía local. Lo venimos siendo desde hace un montón de tiempo y nosotros ahí vemos un gran problema para el desarrollo nacional. Entendemos que la tecnología es fundamental para el crecimiento de la industria de las pymes, para un Estado más eficiente, para organizaciones, pero, por otro lado, los servicios de tecnología son muy caros y terminan siendo prohibitivos para algunos sectores de la economía nacional.

En ese punto, nosotros siempre decimos que quien tiene que resolver esa simetría es el Estado. Y hoy el Estado se ha retirado dejando que el mercado se autorregule.

-Hubo un boom de la programación que duró dos o tres años. Se fue apagando. ¿Por qué?

-Nosotros somos muy críticos de cómo la industria del software en Argentina viene llevando adelante la publicidad de hacia dónde va la industria, qué va a necesitar la industria. Durante mucho tiempo nos vendieron eso: a la Argentina o a Tandil le faltan tantos programadores para los próximos 5 años. Entonces, lo que empezó a pasar fue que la gente masivamente, incluso de otras profesiones, dijo: listo, me voy a estudiar una carrera vinculada a tecnología. De hecho, lograron que las universidades, los terciarios, abrieran carreras más cortas, cada vez más cortas y más sintéticas porque se requerían profesionales en forma urgente.

Y ahí empezaron a darse varios fenómenos complejos. Primero, que no fue tal esa proyección, porque incluso a nivel mundial venimos de un proceso donde hay una contracción indudable. En un montón de lugares hubo despidos y en Argentina se frenó ese frenesí de contratar gente. Incluso también ha habido despidos en el mercado local. Empezó a quedar gente calificada disponible en el mercado y los pibes y las pibas que habían hecho esos cursos famosos por internet de un año o una tecnicatura livianita de 2 años, hoy tienen una competencia de gente mucho más calificada, entonces no consiguen laburo. Se pinchó esa burbuja.

Creo que ha habido un poco de irresponsabilidad del sector, del mercado del software. Junto con eso, ¿qué empezó a pasar? Gran parte de los docentes que venían trabajando, formando en las universidades, vieron que, entre la docencia y lo que pagaba el mercado del software, había una diferencia muy grande. Entonces, se fueron a trabajar a las empresas y hoy están faltando docentes. Otro gran problema.

-Exacto. Desde hace bastante, la universidad está alertando sobre la fuga de docentes o las carreras inconclusas. -El tema es que ahora se necesitan profesionales formados, pero no tengo docentes que los formen. Hay materias que no se cubren, carreras que se estiran, chicos que no se pueden recibir. Antes uno tenía cuatro o cinco ayudantes de una materia de la universidad, hoy tiene dos.

La calidad del profesional está resentida a partir del éxodo de muchos docentes muy capacitados que tuvo la universidad. Ahí hay una problemática que hay que atender responsablemente como sector de la Economía del Conocimiento. Muchas veces los objetivos empresariales no van de la mano con los objetivos de desarrollo local y desarrollo en general.

¿Qué pasa hoy con todos esos pibes que se volcaron, que hicieron un montón de esfuerzo, que durante años estuvieron haciendo una tecnicatura, trabajando de día y cursando de noche, y hoy no consiguen trabajo en el mercado? Se estima que la contracción del mercado local el año pasado estuvo rondando el 20%. Es un montón. Hay que parar la pelota como sector. Hay que volver a fortalecer las instituciones formativas, pensar el rol de la universidad, fortalecer ahí para no pegarse un tiro en el pie.

-Después de estos más de 10 años, y si tuviesen la oportunidad de volver a elegir una manera de constituirse en empresa, ¿vuelven a elegir el modelo cooperativo?

-Yo creo que volveríamos a optar por el modelo cooperativo. Nos ha dado la posibilidad de construir ese modelo que proyectábamos. En muchos casos con complicaciones, obviamente. Cuando uno trabaja en una empresa, trabaja sus 7 u 8 horas, se pone los auriculares y se va a su casa. Acá es medio full time, pero realmente nos ha dado la posibilidad de hacer un montón de cosas que hubiera sido muy difícil desarrollarlas como empleados de. Tenemos algunas libertades, construimos y decimos: vamos para acá, apostemos acá, invertimos acá. Y si nos equivocamos, vamos para allá, construimos para ese otro lado.

Decidimos. Para muchos de nosotros eso es un valor en la prefiguración de cómo nos vemos como profesionales, cómo pensamos nuestro vínculo con la comunidad y con el desarrollo local.

Compartimos con la radio la formación de un espacio que es la Federación Chapaleofú porque entendemos que las cooperativas locales, de muy distintos rubros, nos tenemos que juntar, fortalecernos como sector. Si nos juntamos y nos mostramos hacia la sociedad de Tandil, con nuestros desarrollos, experiencias, que son en muchos casos muy positivas, podemos dar pie para que el resto diga: hay otra manera de organizar empresas, hay otra manera de pensar la economía, hay otra manera de pensar el desarrollo local.

Eso es lo que hacemos las cooperativas. Nacimos acá, estamos acá, nos interesa la localidad, nos interesa ver lo que pasa a nuestro alrededor, nos interesa vincularnos con el sistema educativo, la escuela pública, las universidades públicas, otras cooperativas y organizaciones sociales. Entendemos que esa construcción va a hacer que seamos una sociedad mejor.

Y en eso estamos.

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