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Farah y la industria local: "No hay lío, todavía hay esperanza"

Para ilustrar el momento de alguna manera, diría que están todos con un ojo tapado, a ver qué es lo que sucede y cómo evoluciona. Pero todos muy tranquilos, muy cuidadosos. Todavía con bastante incertidumbre, pero no hay lío. Todavía hay esperanza", sintetizó el empresario y dirigente industrial.

El titular de la Asociación de la Pequeña y Mediana Industria de Tandil (APyMET), Omar Farah analizó el escenario para la industria local con el RIGI como telón de fondo: las quejas, las expectativas y las oportunidades a partir de las grandes inversiones. También evaluó el humor de los industriales locales. Aseguró que por ahora prima la esperanza, aunque reconoció que hay realidades muy dispares según el rubro.

"En general, durante el tratamiento del famoso RIGI, hemos visto la protesta de parte de los sectores industriales, y más específicamente del sector metalmecánico. ¿Por qué? Porque está admitida la importación de todo tipo de piezas cuando hay un proyecto de inversión de 200 millones de dólares para arriba. Y eso permite traer cosas de cualquier lugar del mundo sin impuestos o tipo de recargo", explicó.

"Está todavía en discusión en la reglamentación si importan con IVA, con retención de ganancias, que son las cosas que normalmente hay. Lo que ya se sabe es que no pagarán el derecho de importación por venir de extra zona, que es el 35%; y en el caso de los bienes de capital, que pagan el 14,5%, tampoco lo pagarían", añadió.

Esta facilidad para importar absolutamente todo -incluso se habló hasta de poder importar la comida para los operarios- disgusta a los industriales argentinos que no quieren perder la oportunidad de convertirse en proveedores de esas grandes inversiones.

"La verdad es que la industria nacional tiene mayores oportunidades por dos razones: una es los plazos de entrega, otra, las cantidades. Si el que está importando puede manejar tranquilamente plazo de entrega y cantidades, lo puede traer hecho a cualquier tipo de producto de cualquier lado del mundo en forma inmediata, por lo tanto, las empresas nacionales no vamos a tener nada que hacer ahí", explicó Farah.

"El otro elemento que está dando vuelta es el famoso desarrollo de proveedores. Lo bueno de los sistemas que generan expansión industrial es que contribuyen a desarrollar proveedores. La mayoría de las empresas son industrias de procesos y requieren del desarrollo de proveedores locales", añadió.

Farah cree que la industria nacional está en condiciones "de hacer cosas nuevas en tiempo y forma" de la mano del que compra. "En cualquier lugar del país que busques, el desarrollo de los distintos tipos de industrias se ha dado por desarrollo de proveedores locales. Esto es lo que no está previsto en este tema (RIGI). Se habla de un porcentaje de integración de entre un 15% y un 20% pero hay que ver cómo se toman los precios para saber cuál es la integración nacional. Eso es lo que a pedido de ADIMRA".

Los espacios vinculados a la industria reclaman mayor porcentaje de integración de productos locales o, en su defecto, el criterio del "plazo prudente", agotado el cual se libera la aplicación del régimen. En otras palabras, que se priorice la provisión local, pero si entorno no garantiza la provisión "en un plazo prudente, 4 o 5 meses, para el desarrollo y la puesta en marcha de la producción" quedará liberado el camino para traer el insumo del exterior.

"Eso no quedó en el régimen. Al menos no quedó así. Se habla de montos y porcentajes solamente", detalló.

Farah dio un ejemplo concreto de como las grandes inversiones movilizan e impulsan la industria local a partir de "La Elbita" el millonario parque eólico que se está realizando en el partido. "Ha pasado que han faltado cosas y la compañía que está montando los molinos ha desarrollado proveedores acá en Tandil. Se han atendido muchas cosas acá en Tandil. Eso ayuda a desarrollar tecnología. Hay que decirlo una y otra vez: no piensen que no estamos preparados para desarrollar nuevos productos. No tenemos el desafío o no tenemos la posibilidad, pero cuando tenemos el desafío y la posibilidad, la industria local lo puede hacer", contó.

"Eran productos complicados, que habían venido en cajón cerrado y faltaba una determinada cantidad. Se pudo resolver sin problema, sin ningún misterio. No son misterios las altas tecnologías porque en el país se manejan y muchísimo".

Para el industrial de Tandil, pesará mucho "la idiosincrasia" del lugar donde se radiquen esos proyectos. El contratar gente del lugar es fundamental porque el mismo argentino que está atendiendo esa compañía conoce qué es lo que pasa en el país y no tengo dudas que va a contribuir más ese tipo de alternativa que lo que dice en sí el proyecto", estimó luego.

"Lo que yo estoy viendo es que este discurso anticasta, antinegociación y todo eso, se va acabando de a poco. Va a haber cosas donde la realidad y la atención de la realidad de cada localidad en la que se radiquen, le va a ganar a la letra chica del texto de la ley", insistió.


Lo que falta

En este marco, ¿qué les está faltando a la industria local para despegar? Farah no duda: "Servicios adecuados al crecimiento de la demanda porque la expansión del costo de la luz, el costo del gas, el costo de los insumos en general ha picado en punta a un nivel bastante complicado de manejar. Y todavía no se ha podido amortiguar eso con el crecimiento de la demanda y la mejora de tus precios. Los rubros están muy dispares. Algunos rubros, con este tema de que empieza a haber crédito al 29%, están pudiendo trabajar sin problemas. Los que van destinados al consumidor están más reticentes a mejorar. Y los rubros que hacen cosas muy específicas están bien, pero hasta ahora sin posibilidades de continuidad de esos trabajos especiales".

La ventaja competitiva que se dio a la industria con la devaluación ya se esfumó. O por lo menos en gran parte. "Hace falta una mejora del tipo de cambio, pero en esta economía, todavía tan dependiente del dólar, generaría inflación nuevamente y eso desacomodaría otra vez las cosas. Así que esa ecuación es muy difícil de manejar, hoy más que nunca. El traslado a precio de la devaluación es inmediato y nadie amortigua nada".

Esperanza.

En el ambiente de APYMET, como en el ambiente industrial argentino, hay mucha diversidad. Muchas realidades disímiles según el rubro, la tecnificación y la sanidad de las empresas, pero también suele darse un ecosistema de miedos y expectativas.

"Los que dependen de la movilidad que dio el crédito, este al 29%, ha tenido movimiento sobre todo entre los que hacen construcción y construcción vinculada a empresas. El sector de maquinarias agrícolas está muy reticente, no evoluciona de la manera que debería evolucionar, está muy conservador. La gente del campo no está liquidando y eso hace que no haya reparaciones, compra de maquinaria nueva, etc. Para ilustrar el momento de alguna manera, diría que están todos con un ojo tapado, a ver qué es lo que sucede y cómo evoluciona. Pero todos muy tranquilos, muy cuidadosos. Todavía con bastante incertidumbre, pero no hay lío. Todavía hay esperanza", sintetizó el empresario y dirigente industrial.


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