Marcha. El padre de Milagros Quenaipe pidió pena de muerte para el asesino de su hija: "Que lo maten, de una"

Una multitud marchó este sábado en Tandil reclamando justicia por la muerte de Milagros Quenaipe, la joven de 18 años que murió apuñalada por Wilson Sánchez, el 31 de agosto, en las cercanías de la plazoleta Uriburu. En medio del dolor y la conmoción que sacude a la ciudad, César Quenaipe, padre de Milagros, alzó su voz para exigir la pena de muerte para Wilson Sánchez (23), el asesino de su hija. Una multitud silenciosa lo acompañó en el dolor y en el pedido de una Justicia rápida y ejemplar.

César Quenaipe comenzó expresando su agradecimiento "de todo corazón" al pueblo de Tandil y a su familia por el apoyo brindado. "No somos muchos de hablar nosotros, pero le agradecemos de todo corazón y vamos a hacer llegar el cariño a todos ustedes por brindarnos este apoyo esta tarde", afirmó. El padre de Milagros compartió el profundo impacto que el trágico suceso ha tenido, señalando que sienten "lo que fue Mili y lo que va a ser de ahora más".

Visiblemente afectado por el momento, pero con la fuerza suficiente para dejar un mensaje claro y contundente. "Esta persona Wilson Wilson Sánchez, del que ya hay muchas pruebas contundentes, es el asesino de mi hija. Sin mediar palabras me la llevó, me la llevó y ya no está más", sentenció Quenaipe.

En un momento de suma crudeza y dolor, el padre de Milagros no dudó en expresar su deseo más profundo para el acusado. "Así que quiero quiero que lo maten así de de una. Quiero que lo maten y que esté al lado de mi hija", declaró con vehemencia.

Su pedido fue aún más explícito al manifestar: "Que lo maten para que cicatrice la herida de mi hija que esté un metro bajo tierra". Aunque reconoció que su propio sufrimiento lo acompañará siempre -"La herida mía me la voy a llevar a la tumba"-, recalcó que la muerte del culpable es esencial para la paz de su hija: "Pero yo quiero que lo maten para que mi hija descanse en paz. Esa va a ser la única solución".

La multitud que acompañó a la familia Quenaipe en esta jornada de dolor y protesta también se sumó al clamor por justicia, coreando repetidamente la palabra "Justicia". Entre tanto, César trataba de buscar las palabras. "Estoy bloqueado. Hay un montón de palabras que decir, pero en este momento no me salen. No me salen porque no estoy no estoy preparado para esto. No sé si algún papá está preparado para decir palabras de de su hija. ¿Qué qué podemos decir? Milagros no tenía no tenía maldad. Era una simple adolescente que salió a divertirse y terminó de esa manera".

Agradeció a los que se movilizaron para que "no ocurran más estas cosas". Y se despidió pidiendo "pena de muerte para los asesinos".