Se multiplican las denuncias. Una "pinturita" el Museo de Bellas Artes

Denuncian el "vaciamiento" de los puestos jerárquicos en el Museo de Bellas Artes, problemas de infraestructura que ponen en riesgo el valioso patrimonio y advierten sobre un posible uso de la institución en beneficio de una galería de arte privada.

Las observaciones provienen de tres fuentes distintas pero coinciden en lugar y tiempo.  

Las últimas lluvias generaron problemas en el Museo.  Los pisos de algunos pasillos y salas se cubrieron de agua y el personal del MUMBAT tomó fotos del momento.  Las críticas están orientadas hacia la falta de inversiones en mantenimiento y la protección de un patrimonio pictórico invaluable que podría terminar dañado.

Por otro lado, el artista plástico tandilense con mayor proyección internacional de los últimos años, Cristian Segura, presentó una nota en el Concejo Deliberante tras enterarse de que la directora del Museo, Indiana Gnocchini, había renunciado al cargo rentado para reasumir "ad honorem".

"Es, por lo menos, infrecuente que se renuncie a un cargo (con una remuneración equivalente a categoría 16 y régimen de 48 horas semanales) para aceptar, inmediatamente, el mismo cargo dimitido, pero Ad-Honorem, y la coordinación del Área de Extensión Educativa del Mumbat (con una remuneración de 30 horas cátedras provisionales)", señaló.

"Cabe mencionar que, la profesora Indiana Gnocchini, ocupó primeramente la Dirección del Museo, hasta que dicha dirección fue eliminada del organigrama municipal y relevada por una coordinación", añadió Segura.

Como si faltara algo, otras voces suman críticas a través de las redes sociales. La funcionaria en cuestión administra la única galería de arte privada de la ciudad, por donde pasan artistas que tienen vínculo con el museo y en donde el arte, además de exponerse, se promociona, ofrece y comercializa. En el mundillo del arte, este encuentro de lo público y lo privado, en manos de una misma persona, genera mucho ruido.  Tanto que ni siquiera la renuncia al cargo rentado logra acallar.

Quienes conocen el ambiente, advierten que la conducción de la institución pública permite muchos más contactos y relaciones que la galería privada, pero sobre todo, el museo se convierte en un espacio de visualización inigualable cuando se trata de un paso previo al ámbito privado donde finalmente se cierran las operaciones comerciales.

No es la primera vez que se la critica a Gnocchini por este doble rol, de funcionaria y galerista, en un mercado chico y concentrado como el local y regional, pero esta vez se suman otros factores que sobrepasan los límites personales y afectarían a la gestión de uno de los museos de arte más importantes del país, por historia pero sobre todo por el patrimonio que algunos visionarios supieron atesorar.