Elecciones 2017. Un eufórico Lunghi puso a Macri por encima de Alfonsín

Dicen los allegados al jefe comunal que Miguel Lunghi se mostró incordioso al momento de asistir al Club Independiente, donde Cambiemos iba a poner toda la carne al asador, con presidente y gobernadora incluidos más los principales candidatos bonaerenses. Pero a la hora de los discursos, no se notó. Lunghi elevó a Mauricio Macri por sobre el "padre de la democracia" radical, Don Raúl Alfonsín. "Llevamos 30 años de desidia", exclamó.

Los analistas aseguran que el Gobierno se jugará la partida en el interior de la Provincia ya que en el Conurbano la tiene perdida. La expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, los aplasta en los territorios más afectados económicamente, levantando un promedio que tal vez le permitiría ganar en las PASO de la Provincia por un par de puntos.

En esta coyuntura, el presidente eligió su ciudad para arrancar un "tour" por los principales distritos del interior. Intentará compensar por este lado lo que ya parece irreversible en los grandes bolsones de pobreza y desocupación. Con su propio ejército a cuestas y un sistema estricto de vallado en toda la zona, el PRO hizo un acto para pocos pero que se transmitió a millones a partir de una cuidada cobertura nacional.

Para Cambiemos Tandil se dio una situación impensada tiempo atrás: un presidente y una gobernadora, del mismo color político, desembarcaron en el pueblo para impulsar la candidatura doméstica. El primer afortunado tiene nombre y apellido: Mario Civalleri.  El segundo, Miguel Lunghi.

El hombre que se dice radical hasta la médula decidió jugarse por entero también por el armado del PRO que viene ninguneando sistemáticamente la estructura radical en busca de su propio destino político. Lunghi no ahorró elogios, aunque en un momento pasó todas las barreras imaginables.  

"Hay gente que sufre y tiene problemas, pero el país no se arregla en 18 meses después de 30 años de desidia. Se va a arreglar con políticas de mediano y largo plazo", dijo. Si la cuenta no falla, los 30 años de políticas erróneas incluyen el gobierno de Raúl Alfonsín, un intocable de todo radical que se precie de tal, el dirigente al que no sólo se le entrega el título de "padre de la democracia" sino que además ha sido un parteaguas entre los radicales progresistas y los conservadores.

El pediatra decidió el momento y se jugó el todo por el todo: puso a Mauricio Macri como la única certeza económica y política desde la recuperación de la democracia a nuestros años. Una apuesta fuerte con la que entra en la historia de las frases. Para bien o para mal, más de uno se la recordará siempre.

"Hemos podido conformar un grupo de trabajo que ha hecho adelantar a Tandil en desarrollos de infraestructuras nunca vistos", dijo el jefe comunal. Y le regaló otra lisonja al líder máximo del PRO: "Vamos a seguir trabajando con mucha fuerza, garra y pasión para que se solidifique totalmente Cambiemos, para que podamos hacer la Argentina que todos nos merecemos".

"Les pido que le pongamos el hombro a este Cambiemos para hacer el país que soñaron nuestros abuelos", añadió.

El radical de cuna y tumba, el pediatra que trabaja de intendente, el boina blanca que hasta hace un tiempo trataba de "esta chica" a la Gobernadora, el que decía sin problemas que no le gustaba Macri, el que optó, hace pocos meses, ir sin macristas en la lista de concejales, parece que decidió cambiar la estrategia. Tendrá sus razones. Razones de gestión pero también internas: no le regalará a Marcos Nicolini, su futuro y joven adversario, el vínculo exclusivo con el PRO bonaerense.    

Lunghi nunca ha tenido pruritos en alambrar Tandil. Pero esta vez, hizo lo contrario. Se sacó la boina blanca y se puso la bufanda amarilla. Se sumó a la campaña nacional. Cambió a Cambiemos. La mitad del radicalismo de Tandil aplaudió a rabiar. La otra mitad tragó como pudo el desconcierto.