Sociedad. Un abogado de Tandil ayudó a Flor, de 5 años, a cambiar su identidad de género

Le decían Flor. Ahora se llama Flor. Nació con genitales masculinos pero desde los dos años se ha autopercibido como una niña. Con apenas 5 años, una familia que la apoya incondicionalmente y un equipo multidisciplinario que no se queda atrás, logró que el Registro de las Personas de la Provincia anule su partida de nacimiento y le confeccione una nueva.

Flor es de Azul, el abogado que la representó es de Tandil, pero la noticia recorre el país entero. El letrado no sale de su asombro. Asegura que pese a su corta edad, Flor tiene una "convicción inquebrantable". Antes de tomar el caso, Achaga mantuvo una charla con ella y salió de ese encuentro sin ninguna duda: estaba frente a niña.

"A la hora de presentarnos le pregunté cómo se llamaba y me dijo, muy segura: me llamo Flor. Luego, le pedí que me escribiera su nombre y lo hizo sin titubear. Definitivamente esa era la forma en la que quería que la llamaran", contó Achaga.

"Cuando le expliqué qué es un documento de identidad y cómo se tramita, ella me dijo que quería que le cambiaran la foto y el nombre", añadió. Luego el profesional pidió que se dibujara, y Flor se retrató con vestido, pelo largo y unos lindos zapatos.

Faltaba una secuencia para convencerlo definitivamente. "Le pregunté por su dibujito preferido", confió el abogado. "Y ella me dijo que se trataba de la princesa Elsa, un personaje de Frozen", añadió. Lo que no sabía Facundo pero lo iba a saber muy poco después es que en la película animada Frozen Elsa es quien canta la canción "Libre soy". "Ahí ya no tuve más dudas. Tenía que ayudarla", contó.

El 23 de julio realizaron el trámite ante el Registro. Anularon la primera partida y completaron una nueva. Ahora Flor tiene un DNI con el nombre que ha elegido y también con el género que le pertenece por convicción.

Flor siempre se sintió distinta. Desde muy pequeña se disfrazaba con la ropa de la mamá, elegía juguetes que la costumbre adjudica a las niñas y usaba una rejilla de cocina en el pelo para simular tener pelo largo.

Cuando comenzó el Jardín de Infantes, se negó a que la llamaran como figuraba en el DNI y decidió llamarse Flor. Sorprende tanta convicción a tan corta edad. A sus padres les pasó otro tanto.

Desorientados, acudieron a una psicóloga. La profesional les recomendó esconder los juguetes "femeninos", poner bajo llave la ropa de la madre en el placar y vincularla con grupos de niños varones. Hasta llegaron a recomendarle que la hicieran practicar fútbol para tener un ámbito masculinizante.

Para el abogado, esa manera de abordar el problema fue, como mínimo, cuestionable. Luego, la familia consultó a otra psicóloga quien les corroboró lo evidente. "Después de pasar por este proceso ratifico la importancia que tiene que los funcionarios y los profesionales estén formados en Derechos Humanos y en perspectiva de género".

"Lo que estaban haciendo era tratar de tapar al ser", sostuvo Achaga. "La sociedad ni nos tiene que cuestionar cómo somos si a nadie le hacemos mal porque en eso se basa nuestra identidad"

"La Ley de Identidad de Género que tenemos es de avanzada. No solo despatologiza al transgénero, sino que además permite adecuar la documentación a ese sentir", resaltó el letrado.

"El género no se desarrolla en la adultez. Se empieza a desarrollar en la infancia y a veces desde muy temprana edad. Lo que pasa es que las primeras prohibiciones vienen de la propia familia. Después, la verdad siempre termina aflorando".

Para el abogado tandilense, no se trató de un caso más, aún cuando reconoce que es un "hito" en su incipiente carrera. "Estoy con el corazón lleno. Ha sido un placer poder acompañar a Flor en este camino", reconoció.