Habló Valeria, la mamá del adolescente golpeado. "Tengo una mezcla de sensaciones sobre cómo actuó la Justicia tras la agresión"

Pasó casi un mes desde la madrugada en que un adolescente fue agredido por un grupo cuando regresaba a su casa, en Rodríguez al 1600. En este tiempo, el principal agresor fue detenido pero no encarcelado, mientras que uno de sus cómplices pasó sólo unos días en el calabozo.

Este miércoles, Valeria, madre de la víctima, describió cómo se siente ante estas novedades: "Tengo una mezcla de sensaciones acerca de cómo actuó la Justicia. Siento bronca, impotencia y desilusión".

"La jueza Aracil tomó esta medida, creo que porque así es su trabajo. Pero yo no lo puedo entender", reconoció en diálogo con Radio Tandil. Hoy, lo único que protege a su hijo es una restricción de acercamiento pesa sobre los cuatro agresores. No pueden acercarse a menos de 50 metros. "Hace poco, mi hijo encontró a uno de ellos en la calle. No pasó nada, pero la novia de este muchacho lo insultó", relató Valeria.

Esta situación tiene a la madre angustiada. Aunque su hijo no tiene miedo a salir, ella reconoce que por momentos lo encuentra triste. "Sabe que estos chicos están en la calle", dijo. Por esa razón, reconoció que cada vez que sale está "con el corazón en la boca". "Hasta que llega a casa, no estoy tranquila".

Finalmente, indicó que la recuperación ha sido buena, pero aún no está superada. "De los golpes en la cara evolucionó bien. Pero todavía estamos con la fisura de la nariz. Para eso hay que esperar cuarenta días; si persistiera algún problema respiratorio, habría que intervenirlo".

Recordemos que el pasado domingo 9 de julio, alrededor de las 7, Francisco, un joven de 18 años que caminaba por Rodríguez al 1600, fue abordado por otro -que lo hacía en sentido contrario-, quien empezó a darle trompadas, hasta tirarlo al piso, donde siguió pegándole. Según el registro de una cámara de videovigilancia, en ese momento un segundo agresor se acercó para darle patadas a la víctima, ya indefensa. Cuando el agredido logró ponerse de pie, otros dos muchachos lo rodearon y fueron testigos del momento en que el primer agresor le hablaba con vehemencia, como si le hiciera una amenaza o una advertencia.

Escuchá la nota completa.