Falta de transporte escolar rural. "Para ir a clases, mi hija me dijo: 'Me paro en la tranquera y hago dedo'"

La falta de transporte escolar es un drama para las familias que viven en las localidades rurales y ya no cuentan con una unidad que lleve a sus hijos a la escuela. Altera la rutina, modifica los horarios. Obliga a pensar alternativas onerosas. O directamente, deja a los pibes sin clases.

Giuliana vive en la zona de Las Numancias. Es mamá de una nena de 7 años que concurre a la escuela de Azucena. Pero ese recorrido, desde el 1ro. de mayo, quedó vacante.

"Hace tres semanas que estamos sin transporte escolar", indicó en diálogo con Radio Tandil. "La escuela nos queda a quince kilómetros y ahora todo depende de poner nuestro vehículo".

Giuliana remarcó que, cuando decide opta por a la nena al colegio, tiene que hacer "ese recorrido de ida y de vuelta, a la mañana y a la tarde." Es decir, sesenta kilómetros por día. "Pero a veces no la puedo llevar. Ahora nos estamos ayudando entre vecinos, nos turnamos y uno lleva a varios chicos cada mañana".

La mujer reconoció que esta situación modificó el ritmo de vida familiar. "Estamos angustiados, tristes. Tenemos que andar a las corridas para no desatender el trabajo en el campo y, al mismo tiempo, que la nena no llegue tarde a la escuela. Todos los años pasa lo mismo. Nos sentimos muy vulnerables. No nos ayudan, no nos escuchan, no sabemos a quién recurrir".

La angustia familiar es tal que su propia hija ha pensado alternativas para no perder días de clases: "La nena me dijo: 'Mami, voy en bicicleta o me paro en la tranquera y hago dedo'", contó Giuliana.

"Yo le pregunto al gobierno: ¿qué es lo que quieren, que los hijos sean inútiles?", reflexionó.

Ante esta situación, padres y madres evalúan alternativas para visibilizar la problemática, a la espera de una pronta resolución: "Estamos viendo la posibilidad de grabar unos videos, que los propios chicos se expresen, y hacerlos virales para que lleguen a quienes tienen que llegar. Estamos desesperados. Me pone mal que mi hija no pueda ir a clases. Hay días que no la puedo llevar y le tengo que mentir para que no se ponga mal. Pero los nenes se frustran. Están cansados, quieren ir a la escuela".