Tandil. Miriam Albornoz: "Para mí, esto es un milagro"

El viernes al mediodía, Miriam Albornoz tomó contacto con la prensa. Se la veía preocupada. Aunque su hija, Victoria Sosa, mostraba los primeros signos de mejora, la recuperación era lenta. La joven, que resultó gravemente herida en el accidente de Godoy Cruz y Payró, había reaccionado luego de varios días en terapia, pero prácticamente no hablaba, no tenía conocimiento y por esas horas, un cuadro febril la mantenía dormida.

Los médicos le daban aliento a la mamá, pero eran muy prudentes. "Yo quiero que vos sepas que puede llevar de tres a seis meses que se despierte", le advirtió esa mañana una de las especialistas. Ahora que su hija estaba en una sala común, no quería crearle falsas expectativas.

Con ese diagnóstico, Miriam habló con los periodistas en uno de los pasillos del Hospital. Un rato después, tuvo la impresión de que todos esos meses ya habían transcurrido.

"Alrededor de las dos de la tarde dio un vuelco. Se despertó, empezó a hablar y a reconocernos", cuenta la mujer a El Editor. Era la escena que tantas veces había imaginado, pero que creía aún lejana. "En un momento, hizo un movimiento como queriendo sentarse, así que con las enfermeras la ayudamos y se sentó".

El relato se entrecorta por la emoción. Es que, 48 horas después, Miriam no sale de su asombro: "Las propias enfermeras no lo pueden creer, dicen que es increíble cómo se está recuperando". No les pasa sólo a ellas: esa noche, cuando llegó la médica que tan cautelosa había sido por la mañana, encontró a Victoria sentada, saludándola desde la cama.

"Para mí, esto es un milagro", repite Miriam sin cansarse. Los avances son tales que este lunes comenzará con sesiones de kinesiología, algo impensado el viernes. "Ella sigue con la parálisis del lado izquierdo, básicamente en la pierna, porque el brazo lo está moviendo". El tratamiento le permitirá reponerse de las consecuencias físicas del duro golpe que sufrió: cuando se topó con el utilitario de Supermercados Monarca, éste arrastró su moto varios metros hasta que Victoria cayó al piso y pegó su cabeza contra el asfalto.

Ese hecho aún es materia de investigación. La familia denuncia que, luego de la colisión, el conductor estacionó el vehículo en la vereda de enfrente, alterando la escena. Por eso, piden a todas las personas que hayan sido testigos de lo ocurrido que se presenten en la Comisaría Primera para declarar lo que vieron.

Mientras tanto, las buenas noticias llegan del Hospital. "Victoria pasa la mayor parte del tiempo despierta, habla, pide cosas", afirma Miriam, aunque reconoce que su hija aún no logra mantener una conversación coherente. Los médicos permanecen expectantes. Le dijeron que todo lo que su cerebro recuperó hasta ahora no lo va a perder, pero es imposible prever cómo va a actuar. El episodio del viernes lo confirma. "Esto es día a día", dice la mamá. Aún así, se ilusiona.