15 de noviembre de 2020

Sociedad

"Me juzgan por mi pasado" dice la madre que reclama por su hijo

Florencia Constantino tiene 22 años, un pasado convulsionado y un presente doloroso. Tiene dos hijos. Uno que la acompaña y otro que está a punto de ser dado en adopción en contra de su voluntad. Asegura que su familia quiere seguir vinculada al niño pero que la Justicia y las instituciones de niñez de Tandil ya han decidido otra cosa.

Por estos días, la joven que hace dos años perdió la tenencia de su hijo, acampa frente a los tribunales en Azul, donde se resolverá el caso, y advierte que hasta que no obtenga una respuesta se quedará allí, en una carpa, en plena calle.

"En mi adolescencia consumía drogas y el Servicio Zonal lo sabía. Yo sufría abusos y violencia de parte del padre de mi hijo. Decidí irme a otro pueblo para salir de esa vida, cuando mi hijo tenía un año y medio y estuve dos semanas en Saladillo. Me llamaron de Servicio Zonal y me dijeron que debía presentarme de urgencia con mi hijo en Tandil. Yo me presenté y me dijeron que había una denuncia. Que habían encontrado a mi hijo a dos cuadras de mi casa mientras yo estaba drogada. Yo demostré con fotos, horarios y fechas que no podía estar en Tandil porque estaba en la fiesta del pueblo de Saladillo. Automáticamente olvidaron la denuncia y me dijeron que igualmente tenían que comprobar que yo no estaba consumiendo y que tenía que empezar un tratamiento terapéutico. Eso me lo dijo Lucia Rodríguez, de Servicio Zonal", contó Florencia en Radio Tandil.

"Mi hermana se presentó para que mi hijo no vaya a un hogar. Ella se quería quedar con él en Bárker. Pidió la custodia. Yo fui todos los días durante un mes a visitarlo mientras hacía terapia. Luego de ese tiempo me llaman del Servicio y me dicen que notan mi esfuerzo, pero que yo debía demostrar que estaba estabilizada consiguiendo un trabajo. Me dijeron que mi hijo tenía que estar en Tandil. Pregunté si se podía presentar mi mamá o mi hermana para la custodia y me dijeron que no, que debía quedarse en el hogar Fantasía de Colores", agregó.

El pequeño ingresó en el hogar municipal y su mamá lo podía visitar cuatro horas por día. De a poco lo dejaron ir a mi casa. Lo tenía que llevar al hogar martes y jueves para la visita del padre. El resto de los días lo llevaba a la guardería en el Barrio Movediza.

Un día me mudé a Villa Aguirre y me quedaba lejos la guardería, así que me presenté en el Servicio Zonal, con Lucía Rodríguez, para pedirle una tarjeta con la que pueda viajar gratis en el colectivo para llevar al nene. Me dijeron que no había problema, que mientras tanto vaya a terapia y que lo lleve martes y jueves al hogar, que la guardería no era obligatoria, que estaba en el libro de actas pero que ella no tenía acceso al libro", siguió relatando.

"Pasó un mes. Me llama un abogado y Lucía Rodriguez y me dijeron que mi hijo tenía que volver al hogar porque no había cumplido con llevarlo a la guardería. A mi me agarró una desesperación tremenda por explicarles que Lucía me había dicho que no era obligatorio y que estaba en el libro de actas del hogar, porque yo hablaba muchísimo con las cuidadoras del hogar. Yo hablaba esas cosas con todos, porque esto se tiene que ir viendo y uno va pactando cuando llevás y traes el nene El hogar estaba al tanto de que Lucía Rodriguez estaba preparando el cambio de guardería".

A Florencia no le creyeron. Era la palabra de ella contra la palabra de la funcionaria municipal. Entonces su hijo volvió al hogar.

"Mi hermana Fiorella volvió a presentarse para que le den la tenencia, pero no se la dieron. Le salieron bien todos los estudios y la audiencia. Cuando arrancó la cuarentena nos dijeron que no podíamos ver más a nuestros hijos. Yo lo podía llamar y hasta el 28 de abril hablé con él todos los días. En un momento me dijeron que no podía llamarlo más. Me dijeron también que rompieron mi vínculo y que era una decisión de la Justicia. El 9 de julio me enteré de que mi hijo se había ido con otra familia, aunque todavía no estuviese adoptado. Yo nunca lo abandoné, mi familia tampoco".

Florencia pudo hablar con dos juezas de Azul pero no levantará la carpa del lugar hasta no tener una certeza de que dejen volver a vincularse con su hijo.

"Me dijeron que no lo pudo tener porque me juzgan por mi pasado, sin embargo yo tengo pruebas de mi psicóloga que me apoya en todo. Mis informes son buenos pero ellos no le dieron importancia. Si todo empezó porque no me creían sobre mi consumo, ¿Por qué ahora no creen tampoco a la psicóloga?", se pregunta la joven que espera en un carpa, en plena calle, una cara de que Justicia menos burocrática y más humana.

Foto: VíaAzul

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