Policiales. Le ofrece 150 pesos quien le robó el celular mientras otro intentaba violarla

Hace un año, durante las primeras horas de la mañana de un domingo (7 de octubre), Juana Uzcudun fue víctima de un intento de violación en la puerta de la casa de su novio, en Brandsen y Fray Justo Santa María de Oro.

Mientras forcejeaba con su agresor e intentaba llamar por teléfono a la policía, se acercaron tres jóvenes. Ella gritó y le pidió ayuda para quitarse de encima al hombre que la sostenía por los brazos. Uno de esos chicos aprovechó el momento para robarle el celular.

La Policía logró detener a todos ellos en pocas horas. Al agresor sexual y a los ladrones.

Hoy se tramitan dos causas. Una por el abuso sexual y la otra por hurto. La primera sigue su curso con el agresor suelto ya que apenas estuvo tres o cuatro días detenido. La justicia no le otorgó a Juana ni siquiera la herramienta de la restricción perimetral. El violador está suelto, podría pasar por su casa, interceptarla nuevamente, ante un sistema que sólo dice cuidar a las víctimas pero en realidad no lo hace.

"Mucha gente lo ve pasar cerca de mi casa, siguiendo su vida normal. Yo no tengo miedo de cruzarlo. Tengo miedo de cómo podría reaccionar yo si me lo cruzo", explicó en Radio Tandil. "Yo pedí una orden perimetral y nunca me llegó. No tengo la libertad de salir a la calle y sentirme bien. Hoy puedo salir sola a la calle; cuesta pero puedo hacerlo".

La otra causa se inició por robo contra el menor que le sustrajo el celular mientras forcejeaba con el violador. Hay novedades al respecto y son una risa. O una tragedia. El joven delincuente le ofreció a través de la jueza (Estela Maris Aracil) una compensación económica para que Juana retire la denuncia. Le ofreció 150 pesos. Así como le lee: 150 pesos.

Juana los rechazó. Quiere que el proceso siga y que el joven aunque sea pague una condena social.

Pero eso no es todo. Juana no recibió nunca el celular que le robaron. Lo que sí recibió fue una extorsión de los familiares del menor. "Me pedían que diera de baja la denuncia porque por mi culpa tenía una causa. Y me decían que si daba de baja la denuncia me iban a devolver el teléfono", añadió.

Los hechos causan asombro. "Es muy absurdo todo lo que pasó. Increíble que una persona no pueda ayudar a otra que pide a gritos -mirándote a los ojos- esa ayuda", reflexiona Juana.

"No lo acepté. Voy a seguir con lo que corresponde. Que siga el juicio que llegue la condena aunque sea social. Nada de lo que pasó es remunerativo", indicó. "Me siento desprotegida totalmente. Las personas que te tienen que cuidar, se burlan"

"Cuando recibí ese papel con semejante cosa me quedé el shock, helada, lo único que me salió fue expresarme con bronca en las redes social. Es inexplicable lo que se siente en un caso de estos".

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