Tandil. Habló la madre de la joven violada: "Que no lo dejen salir más"

"Yo quiero que este tipo se pudra en la cárcel". El tono de voz mezcla dolor y cansancio. El peso de una larga historia sobre sus espaldas que terminó en horror, y que tiene como protagonista a su hija, embarazada de cinco meses.

El martes por la noche, la joven, de 19 años, salió de la casa de sus padres cuando un hombre pasó a buscarla. Juntos, se dirigieron al domicilio de él. Allí, después de compartir alcohol y drogas, el muchacho la golpeó, la ató de pies y manos y la violó con un objeto contundente. Lastimada, la chica pudo liberarse de su agresor, escapar de la vivienda donde estaba cautiva y con sus últimas fuerzas volver a casa. Encontró a su hermana, quien desesperada la llevó al Hospital Santamarina para que la asistieran.

La joven ingresó a terapia intensiva. El daño que le provocó el ataque sexual fue tal que "tuvieron que operarla por fuera y por dentro", dice la madre. Afortunadamente, el bebé no sufrió consecuencias, y el embarazo sigue su curso normal. "Lo que a ella le pasó no quiero que le pase a ninguna chica más", clama la mujer.

El miércoles por la noche, la Policía allanó la vivienda de Alem al 100, donde ocurrió el hecho. Allí detuvo al responsable, un hombre de 38 años apodado "El Beco", quien permanece alojado en la Comisaría Tercera. "Además de todo la había amenazado diciéndole que si contaba algo, iba a matarla a ella y al bebé", confiesa la mujer.

Cada nuevo detalle vuelve más dramática la historia. "Ellos eran amigos. Eso se da por la misma droga". La madre está segura de que el consumo la llevó a conocerlo y a entrar en confianza con él. Y lamenta que la situación se le haya escapado de las manos. "Mi hija estuvo en la droga, deambulando por las calles", relata. En aquel momento, la desesperación la llevó a exigir ante la Justicia una internación compulsiva. Pero no cumplir los pasos legales para presentar esa demanda hizo que su pedido naufragara. En este último tiempo, la chica estaba viviendo en la casa de una hermana, y todos los días iba a visitar a sus padres.

"Yo quiero que este tipo se repudra en la cárcel. Pido que no lo dejen salir más", exige la mamá, casi sin fuerzas ya. La sobrepasan la angustia y la preocupación. "Otros dos hijos míos tienen problemas con la adicción", cuenta. Y reconoce que no sabe qué hacer. Es que por ser mayores de edad y no tener intenciones de recuperarse, la Justicia no puede ordenar una internación contra su voluntad sin un elemento legal que permita inferir que se ponen en riesgo a sí mismos o a terceros. Mientras tanto, la mujer no encuentra salida. "Quiero ponerlos en alguna parte donde puedan estar bien y el día de mañana me den las gracias por haberlos ayudado".