LUEGO DE TRECE EDICIONES. El bocadillo: Tassara debutó en la Feria del Libro

Y un día se terminó el destrato. El largo ciclo de apatía que el rector había exhibido para con la Feria del Libro, sin importarle las críticas que por ello desde distintos sectores, incluido los propios- concluyó el pasado miércoles. Por fin, Tassara asistió al acto de inauguración de un acontecimiento cultural del cual la Universidad Nacional del Centro resulta institución co-organizadora, amén de que se realiza en el mismísimo Centro Cultural Universitario.

Ciertamente, el rector que comenzó a desandar su tercer mandato consecutivo dio un giro inesperado en el crepúsculo de su carrera política: parecerá un hecho nimio pero su ya acostumbrada ausencia a la Feria del Libro y el discurso que en su nombre solía oficiar el ocasional compañero de fórmula se quebró este miércoles cuando Tassara compartió el corte de cintas junto al intendente Miguel Lunghi, orador del acto, los libreros Pedro Fuentes y Alicia Laco, representantes de la Asociación Ferias del Libro de Tandil, y el presidente de la Cámara Empresaria, Ing. Patricio Fernández.

Tassara, hombre poco afecto a la ilustración y la cultura libresca, había mantenido hasta la 14º edición de la Feria una actitud en cierto modo coherente con su desinterés aunque impolítica y sobre todo despreciativa del propio evento: a nadie ya le llamaba la atención que el rector no se dignara participar del acto de protocolo que abre la muestra por la que habitualmente circulan entre 10 mil y 12 mil tandilenses. Esta carencia de tacto también supo tensar la cuerda convivencial entre los referentes de las instituciones organizadoras, donde la Unicen forma parte de su Comité Ejecutivo. Pues bien, cuando ya nadie esperaba un gesto de delicadeza, Tassara lo hizo. Nadie sabe muy bien la razón de por qué el rector estuvo presente el miércoles. Sí se sabe que departió amablemente con el jefe comunal, y es probable que hayan recordado tiempos añejos, en especial cuando en septiembre de 2003 Tassara -yendo como candidato a Intendente por el partido del difunto teniente coronel (R) Julio Zanatelli, de la mano del dirigente Roberto Mouillerón- cavó unos metros más en la zanja del peronismo local, grieta que se había abierto en el 91, sacó 4000 votos de ese redil y permitió, cual carambola impensada, que Lunghi llegara a la intendencia por la magra cifra de 280 votos contra el candidato justicialista Mario Bracciale. Esa jugada acabaría por redefinir el escenario político de la década: el pediatra radical comenzó un ciclo que llega hasta el presente, Tassara se decidió por la política universitaria (mal no le fue) y el peronismo nunca más volvió al poder municipal. Quizá de estas remembranzas, ya superadas las tensiones y una suerte de antipatía mutua, haya versado la relajada charla entre el intendente y el rector, minutos antes del corte de cintas.

Que Tassara -al fin- haya dado el presente en la Feria del Libro resultó la nota llamativa a pocos metros de una elección donde él no juega nada. De los que estaban en la foto, Miguel Lunghi observa las PASO y las elecciones de octubre con un ojo puesto en el Tandil del Bicentenario. Y Patricio Fernández, en noviembre, se apresta a cerrar su propio ciclo en la presidencia de la Cámara Empresaria. Los años pasan y el titular de Matelec no da señales de tener ganas de eso que le pidieron en reiteradas oportunidades personajes del entorno de Sergio Massa y hasta del Pro local: empezar a jugar en las grandes ligas de la política lugareña.

Tassara, atravesando el plácido otoño de su biología como ex actor vocacional, ex zanatellista y ¿ex? furibundo kirchnerista, parece disfrutar de las cercanías de la jubilación y del ejercicio de un cargo que no le trajo mayores dolores de cabeza exhibiendo ahora un par de gestos inesperados: debió digerir la resistencia y algún que otro dardo venenoso al cierre de la sala teatral La Fábrica y asistir de cuerpo presente a la Feria del Libro. Dos hechos imprevisibles para el más previsible de todos los políticos locales. El protocolo clavó en la fotografía un ausente, dicen, con ganas de volver: Néstor Julio Auza. Fuentes confiables aseguran que si la desventura política, como parecen signar las encuestas, cae sobre él y las elecciones de octubre lo dejan afuera del Concejo Deliberante, Auza ya estaría preparando el terreno para regresar al rectorado de la Universidad, ese territorio que tan bien conoce y que más logros le dio a lo largo de su ya dilatada carrera política.