Tandil. Descuidos que pueden ser accidentes: denuncian a la línea 505

Elianna subió al colectivo acompañada por su hija. Era el mediodía. La unidad iba llena de adolescentes que recién habían salido del colegio. Muchos de ellos, parados. La frase popular diría que no cabía ni un alfiler. Pero Elianna y su nena, de apenas 5 años, se abrieron paso y entraron. De pie, apretadas, recorrieron el trayecto desde Mitre y Moreno hasta Gaucho Rivero y Fragata Sarmiento, donde bajaron. Cuando el colectivo se detuvo, la mujer descendió y extendió los brazos para ayudar a su hija. Pero cuando la nena iba por el segundo escalón, el chofer arrancó. Elianna tuvo que sujetar fuerte a la criatura para que no se cayera. Al verlas, los demás pasajeros empezaron a los gritos. El colectivero frenó, desconcertado. "¿Sos loco, no ves lo que hacés?", le lanzó la mujer. Y escuchó como única respuesta: "Disculpá, negri. No la vi".

El hecho ocurrió hace tres semanas. Fue el primero de tres episodios que Eliana tuvo que vivir en unidades de la línea 505 (marrón). Podría suponerse que para ella fue el más dramático, porque la tuvo como protagonista. No es así: este viernes, creyó que el colectivo había arrollado a un nene, también mientras descendía.

"Esta vez le pasó a un papá con su hijo de preescolar en Ituzaingó -relató Elianna a El Editor-. El conductor venía con mal humor, apurando a las personas para que se arrimaran al fondo. En una de las paradas bajó este hombre y, mientras el nene estaba bajando, el chofer arrancó.  El hombre gritó desesperado y le pegó un piñón al colectivo. Los demás pasajeros pensamos lo peor. Entonces, el colectivero frenó y el hombre volvió y le dijo: '¿Vos sos loco, no miras?' Y él le contestó: 'Disculpame, no lo vi'".

Como el incidente anterior, este episodio también ocurrió al mediodía, en el mismo trayecto, aunque con choferes diferentes. "Es el momento en que viene lleno de chicos de la escuela y la gente va apretada. Los conductores te dicen que vayas más atrás pero nunca queda lugar, entonces cuando baja un nene chiquito no lo ven", señaló la mujer.

La furia del padre despertó la bronca del resto del pasaje, que empezó a relatar sus propias vivencias con unidades de esa línea. "La gente contó otros casos con chicos o con gente mayor, y todos decían: 'Siempre hacen lo mismo los del colectivo marrón'", aseguró Elianna.

Ella misma tenía qué contar: no sólo el episodio con su hija de tres semanas atrás, sino otro más reciente, ocurrido hace algunos días. "Esa vez pasó con una nenita de unos 5 años, como la mía. La mamá bajó y el colectivo arrancó antes de que llegara a bajar la nena. Un montón de personas de atrás le gritaron: 'Pará, pará, la vas a llevar puesta', y el chofer no dijo nada. Solamente frenó, esperó que bajara y siguió".

Como si los tres hechos estuviesen calcados, éste también ocurrió en horas del mediodía, en una unidad llena de chicos. Imprudencia, descuido, presión por llegar a tiempo para iniciar un nuevo recorrido, varios factores llevan a los pasajeros al límite de un accidente. "Ese día el chofer gritaba a cada rato: 'Dale, nene, subite que llego tarde'", relató Elianna. Esos mismos nenes son las potenciales víctimas de su apuro.