19 de junio de 2017

Coincidencias

Cristina, Lunghi y el trauma de la silla vacía

por
Juan Perone

Mientras Cristina Fernández de Kirchner ensaya una jugada magistral, pero arriesgada, para anular a Florencio Randazzo, su ex empleado -como le gusta decir-, en el pago chico, Miguel Lunghi hace lo propio para evitar que Marcos Nicolini se destete antes de tiempo.

Con responsabilidades y recorridos distintos dentro de la política, ambos comparten la negación de traspasar el poder a las figuras que vienen, figuras en las que ellos mismos han depositado confianza y funciones.

Ambos, también, entienden que cualquier intento de sobrepaso por parte de sus colaboradores es un delito de traición y así merece ser castigado. Dan por hecho que el pasaje del poder tiene varias direcciones pero un único sentido posible: de arriba hacia abajo. Lo contrario es subversión. Los tiempos los fija el líder.  Lo cierto es que ese tiempo nunca llega.

En este punto, en la conservación del poder, parecen diluirse las ideologías y se emparentan las pertenencias partidarias que en otros terrenos discursivos son irreconciliables.  Cristina y Miguel, líderes indiscutidos, cada uno en su escala y en su ámbito, no están dispuestos a ceder el poder.  Nunca lo estuvieron una vez alcanzado.

Sus entornos creen que es el conductor o la nada, el líder o la debacle, su presencia o el final.   Para ellos nunca es el tiempo de cambio, el momento propicio.  

Lunghi asumió con un "sistema de tachas" que nunca más aplicó la UCR desde su triunfo.  Cristina aprobó una ley de PASO que ahora no aplica para sí en pos de la "unidad". Lo que antes fortalecía, ahora debilita.

Los resultados parecen justificar estos liderazgos fuertemente personalistas.  

En el caso de Lunghi porque tras 12 años genera una alta adhesión en la población, su buena imagen es altísima y, sobretodo, porque internamente el status quo que garantiza brinda tranquilidad de funciones y de empleo a sus colaboradores.  

"Para qué cambiar al pajarito llamador si todavía canta y muy bien", diría uno de los mejores estrategas del radicalismo que supo interpretar el sentimiento "paternalista" del electorado de la "media" tandilense y le armó un candidato inmejorable.

En el caso de Cristina nunca será el momento del traspaso para sus íntimos porque más allá de militar la primacía del "modelo", nunca hubo más modelo que lo que garantizaba su persona. Cristina -y no el modelo- permitió conciliar tantísimas leyes que ampliaron derechos sociales con la Ley Antiterrorista y tantos avances en Derechos Humanos con el nombramiento y defensa de Milani.  Es la historia del Peronismo y sus líderes, la historia de quienes encarnan ideas y proyectos hasta el grado del emparentamiento "simbólico" indisoluble.  Ellos son las ideas. Cuestionar cualquier decisión de Cristina -sus aciertos como armadora y conductora- significa cuestionar la distribución de la riqueza, la conquista de derechos sociales, los juicios por la verdad y hasta el proyecto americanista. Ridículo, pero cierto. 

Pero además dicen que no es el momento del relevamiento porque efectivamente Cristina mide mal en el país pero muy bien en la provincia de Buenos Aires y porque las encuestas la ponen a tiro de ganarle al candidato de Cambiemos que todavía no tiene nombre y al candidato del Frente Renovador que juega a las escondidas.  Y porque la gestión de Cambiemos en materia económica es tan pésima y los errores políticos son tan recurrentes que la figura de Cristina empieza a cobrar una dimensión mayor a la que cualquiera le auguraban tras la derrota de 2015 como alter ego de Daniel Scioli. 

Lo cierto es que en ambos casos, en el de Miguel y en el de Cristina, sus éxitos políticos, sus aciertos electorales y sus dotes como armadores no alcanzan para garantizar lo que realmente conviene a un partido o un modelo político. El fracaso de ambos es, sin lugar a dudas, la sucesión, el traspaso generacional, la posta que debe garantizar que se prolongue la idea, el modelo o como quiera llamarse a eso que supera al individuo gobernante y le da sentido a presencia en el gobierno o en la conducción.  Eso que para un pueblo -con más o menos consenso- debe ser su futuro y su horizonte de desarrollo, su expectativa de bienestar.

El fracaso de Cristina fue preparar ese relevo.  Martín Insaurralde y Daniel Scioli son los ejemplos sobresalientes de esta falla política.  Candidatos del descarte, de la desconfianza y del desgano.  Para el kirchnerismo no hay modelo sin Cristina, no hay kirchnerismo sin los Kirchner y hay una transfondo incómodamente monárquico en todo esto.  La idea del renacimiento de la discusión política en los jóvenes, tan importante en nuestro país, sufre una herida de muerte en el preciso momento en el que se censura el debate interno a riesgo de ser un traidor, vendepatria, cipayo y filomacrista, para arrancar.

El fracaso de Lunghi, en otra escala, parece ser de la misma naturaleza.  No permitirá armar la sucesión hasta que su biología o la ley se lo impidan.  El miedo a dejar el centro, el ego, la intoxicación del bronce, o como quiera llamarse a eso que siembra el poder en los hombres, le impiden pensar en una prolongación sin su presencia.  Marcos Nicolini lo sufrió en carne propia.  Conoció la furia de Miguel como dicen que hasta ahora no la conoció nadie.  Y todo por pensar que era su tiempo. El tiempo de plantarse, debatir y pensar sin acatar.

La política en función de la individualidad es una de las tantas maneras de consolidar una idea de pueblo y de sociedad. No es ni buena ni mala, de por sí.  Es solo una y no se limita a un ámbito o partido.  La infalibilidad del líder seduce al líder pero también al que lo acompaña a un paso de distancia.  Y en este punto, la diferencia entre radicales, peronistas y macristas es más estrecha de lo que piensan sus seguidores.


COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Mundial Sub 20

Argentina e Italia definen el primer puesto en el Grupo D

4 de octubre de 2025 - A los dirigidos por Diego Placente, que vienen de golear 4-1 a Australia, les alcanzará con un empate. leer mas

Avisos clasificados de propiedades

Datos extraidos de   Casas de Hoy  

Subscribite para recibir todas nuestras novedades

  © 2025 Lu22 Radio Tandil | Lu22 Radio Tandil | Maipu 675