Superación . Centro de Educación de Adultos en Tunitas: aprender no tiene edad

Más que una escuela: un lugar de encuentro y escucha

Silvana contó que muchas veces el aula se convierte también en un espacio de charla, de escucha y de acompañamiento emocional. "La mayoría son mujeres que, además de buscar terminar la escuela, llegan con historias duras: hijos con problemas de adicciones, hijos privados de la libertad, situaciones de vulnerabilidad", señaló. "No es solo enseñar a leer o escribir. También es estar, compartir un mate, escuchar sus testimonios. Todo eso también es educar."

Uno de los casos más significativos, recordó, fue el de una alumna que no sabía escribir su nombre y necesitaba firmar para poder visitar a su hijo detenido. "Lograr que hoy pueda escribir su nombre, su DNI, es un avance enorme. Son cosas que muchos damos por sentado, pero para otros es una conquista."

Educación práctica para la vida diaria

Además de contenidos básicos como lectura y escritura, el CEA trabaja en habilidades concretas que las y los estudiantes pueden aplicar en su vida cotidiana: "Saber cómo usar una tarjeta, ir al cajero, hacer un trámite. Muchas veces dependen de un hijo o de otra persona, y el objetivo es que puedan manejarse con más autonomía", dijo Silvana.

Talleres que unen: el arte del crochet

En el mismo espacio también se dictan talleres de crochet a cargo de Romina Cayolo, quien enseña todos los martes de 9 a 11 en Tunitas y los miércoles en Villa Italia. "Hacemos de todo: desde llaveros hasta ropa y muñecos. Lo que cada una imagine. Hay alumnas que vienen desde hace años, como Aurora, que es mi alumna fiel", contó entre risas.

Más allá del tejido, el taller es también un espacio terapéutico, donde cada participante puede compartir sus problemas, sentirse escuchada y llevarse "una mochila menos".

Tunitas: un barrio con identidad y esfuerzo

Aurora, vecina histórica del barrio, también compartió su testimonio: "Tunitas es mi vida. Hace 32 años que vivo acá, y he trabajado mucho para el barrio. Me enoja cuando hablan mal, porque somos gente trabajadora. El centro comunitario es mi segunda casa", afirmó con orgullo.

Un espacio para aprender, compartir y crecer

El Centro Comunitario de Tunitas no solo brinda oportunidades educativas, sino que también se ha convertido en un refugio de comunidad y humanidad, donde cada persona encuentra un lugar, una palabra, una mano extendida.

La invitación sigue abierta: tanto para quienes quieran finalizar sus estudios como para quienes deseen sumarse a los talleres. Porque nunca es tarde para aprender... ni para sentirse acompañado.