14 de junio de 2025

Solidaridad

Hospice: voluntarios y profesionales que acompañan a las personas en sus últimos días y que tendrán una sede en Tandil

"La idea de hospice es algo abierto, es una ONG, y estará a disposición para todas las personas, tengan o no cobertura social, porque hay veces que una persona puede tener mucho dinero, pero puede estar sola y no tener quién la cuide. Ocurre, y lo vemos en el hospital, que hay personas que persisten internadas justamente por falta de un lugar apropiado. En el hospital no se consigue dar el cuidado necesario a este tipo de pacientes", señaló Kranewitter.

El movimiento Hospice es una filosofía de cuidado en el tránsito difícil e incierto hacia la muerte. Contempla todas las esferas que la persona y la familia precisan en esos últimos días y se apoya, fundamentalmente, en el voluntariado. La Asociación Civil Hospice de la Sierra está dando sus primeros pasos, y sus integrantes buscan que la ciudad "abrace" la iniciativa. Los médicos Román González y Cecilia Kranewitter, integrantes de la organización, te cuentan todo lo que tenés que saber sobre este gran proyecto. En Argentina, hoy funcionan cerca de 20 hospices.

-¿Dónde nace esta idea?
-Kranewitter: El movimiento Hospice surge hace muchos años, en Inglaterra, allá por los 60, como un espacio de acompañamiento y refugio para personas que eran peregrinas. Muchos se enfermaban, fallecían, y se fue transformando en un modelo de cuidado para personas y sus familias que están transitando una enfermedad severa, grave, limitante para la vida, sus últimos días.

-El concepto fundamental es el acompañar.
-González: El accionar de Hospice es una filosofía de cuidado: acompañar el tránsito en un período incierto hacia la muerte, con una contención en todas las esferas que la persona y la familia precisan. En ese misterio donde no hay mucho para descifrar -porque nadie lo tiene-, uno sabe que tiene que acompañar y estar presente. Aliviar en lo que se pueda el sufrimiento o dar el mejor bienestar. Y para eso se necesitan condiciones.

-¿Quiénes lo integran?
-González: Los hospices se manejan no solamente con profesionales, sino también con voluntarios que ofrecen parte de su tiempo para el trabajo con estos pacientes. Lo hacen desde donde se sienten mejor para acompañar: puede ser presencialmente, cocinando, limpiando la casa o ayudando a recolectar fondos para que esto funcione. Es una gran familia en donde se trabaja respetando lo que cada uno siente y su manera de aportar a un fin común.

Siempre uno considera que hay algo más para hacer, hasta el momento en que llegue el último suspiro. Siempre hay algo. No tienen que ser cosas extraordinarias. Cada cosa pequeña se hace extraordinaria en ese momento para quien está cursando ese tránsito. Hay que pensar que, en la memoria de las personas que quedan, ese es un paso fundamental para el resto de la vida. Y en la incógnita de la trascendencia del que se va, también es un momento súper importante.

-El ritmo de la vida actual no deja mucho tiempo para nuestros mayores. Imagino que tampoco para este momento.
-Kranewitter: Nos encontramos casi todo el tiempo con muchas personas que no tienen acceso a un acompañamiento durante el final de su vida y que, muchas veces, no tienen la posibilidad del buen morir como proceso. Por eso creemos que el sueño del Hospice nos va a facilitar y permitir acompañar a muchas familias y personas con calidad de atención y compasión.

Nosotros, los dos, somos médicos. Eso, en realidad, es una casualidad, porque los movimientos hospice se mueven fundamentalmente por el voluntariado, por la gente de la comunidad que dona un ratito de su tiempo para acompañar o dar algo.

-Imagino que tampoco pasa por la cuestión económica. Tener dinero no significa estar acompañado.
-Kranewitter: La idea de hospice es algo abierto, es una ONG, y estará a disposición para todas las personas, tengan o no cobertura social, porque hay veces que una persona puede tener mucho dinero, pero puede estar sola y no tener quién la cuide. Ocurre, y lo vemos en el hospital, que hay personas que persisten internadas justamente por falta de un lugar apropiado. En el hospital no se consigue dar el cuidado necesario a este tipo de pacientes.

-Podría ser un privilegio para la ciudad contar con este hogar Hospice.
-González: Pretendemos que la ciudad de Tandil abrace este proyecto, porque es un proyecto que depende de la gente, no solamente de los que estamos iniciándolo. Y ojalá que todos puedan encontrar su lugar para apoyarlo y tener esa garantía.

Hay hospices que tienen 160 voluntarios, un montón. La gente tiene mucho para hacer. Lo que estamos intentando ahora es hacer una formación general para todos. No necesariamente la gente va a estar trabajando directamente con los pacientes, pero sí tiene que saber qué se está haciendo y el espíritu común que tenemos, el código cultural dentro del hospice.

Después, la formación se va dividiendo en comisiones de trabajo. Por ser una obra sin fines de lucro, se necesitan tanto benefactores como apadrinamientos. Nosotros estamos en este momento en el proceso de gestionar la personalidad jurídica, que en breve la vamos a tener. Y la idea es que cualquier empresa que quiera contribuir pueda hacerlo.

-¿Cuál es el gasto mayor?
-González: El gasto mayor de los hospices es el salario de los enfermeros. Los demás son trabajos voluntarios, pero la enfermería no puede ser voluntaria porque tiene que ser asegurada. Ahora estamos yendo a los domicilios, pero la casa de internación no se abrirá hasta que no haya algo seguro para esos salarios. El apadrinamiento se hace como en cualquier sociedad: todos los meses, cada uno aporta un granito de arena, pero ese granito suma y es muy importante.

-Ustedes ya tienen la casa donde funcionará.
-González: Cuando tengamos la personería jurídica, haremos un convenio con la asociación que nos prestaría la casa. Y a partir de ahí, vamos a empezar a hacer actividades con los voluntarios y talleres para personas que están pasando por procesos de enfermedades de final de vida -no necesariamente oncológicas, pueden ser otras-, pero talleres abiertos a la comunidad y a la formación de ellos, y preparar la casa para cuando tengamos ya garantizados los sueldos. Ahí sí, poder abrir a los huéspedes.

-¿Cómo podemos colaborar a partir de ahora mismo?
-González: Tenemos un Instagram (@hospice_delasierra) para que se anoten tanto aquellos que quieran ser voluntarios y comenzar a formarse para después participar en alguno de los sectores, como aquellos que quieren ser benefactores mensuales o apadrinar con un aporte mayor o puntual para alguna necesidad que tengamos.

-Kranewitter: La casa que tenemos es una casa hermosa. En realidad, era un proyecto del padre Raúl Troncoso. El año pasado se presentaron algunos proyectos a la organización civil Ayuda Solidaria, y ellos aceptaron nuestro proyecto y nos ceden generosamente ese espacio. Tiene disponibilidad para 14 camas de internación. Estuvo habitada hasta hace un año y medio, pero hay que hacer arreglos.

-González: La atención en domicilios ya está activa desde el año pasado, que es el cuidado en los hogares de las familias. La próxima fase sería el Hospice "Padre Raúl Troncoso", y sería la fase de acompañamiento en la etapa del final de la vida, pero dentro del hogar.

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