El relato es dramático: Araceli, una vecina del barrio PROCREAR, contó que "desde hace un mes" un delincuente busca entrar a su casa. En ese lapso, hizo tres intentos. Hasta ahora, infructuosos. Para él. Porque a ella le ha alterado la vida cotidiana. Cada día teme que el episodio vuelva a ocurrir. Y que finalmente, logre su cometido e ingrese. Está alerta ante cada ruido o movimiento sospechoso. Literalmente, su vida es otra.
"Hace un mes que tengo un delincuente queriendo entrar a mi casa", contó este viernes en diálogo con Radio Tandil. "El último episodio ocurrió este miércoles".
"Antes venía solo, ahora lo hace acompañado", relató. "Yo presenté denuncias. Ya se sabe quién es. Pero no se puede hacer nada porque el delito no está cometido".
Araceli detalló que, en una oportunidad, el joven forzó la cerradura de la puerta de acceso a su vivienda (ver foto). Ella lo escuchó desde el interior y le "pegó un grito". Así logró que abandonara el intento.
Otro día, el delincuente hizo un verdadero raid en el barrio. "Hace unos quince días, también quiso entrar a mi casa. Como no pudo hacerlo, fue al auto del vecino; lo pateó, se fijó que estaba cerrado, entonces abrió el colectivo de otro vecino y le robó un cajón de herramientas y una garrafa. Y como no le alcanzó, se acercó a otro auto, levantó el capot y, con las herramientas que había robado, le sacó la batería", relató.
La mujer aseguró que el joven vive cerca del barrio. Que lo conoce. Pero que, cuando llega la Policía, nunca logra "atraparlo con las manos en la masa" porque esconderse le resulta fácil.
Ante esta situación, Araceli vive atemorizada: "Me da miedo, estoy cansada. Ya no se puede dormir. Escucho un ruido y enseguida me fijo a ver qué pasa".
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