"Es una situación en donde las personas parecen estar divididas en dos grupos opuestos y basados en sentimientos y emociones hacia ciertos temas o personas. O sea, en lugar de basarse en diferencias políticas, en chequeo de información, ideología o en discusión, lo que implica la polarización afectiva es que las personas están más influenciadas por sus emociones que por el razonamiento lógico de formar opiniones políticas y toma de decisiones", detalló.

Asegura que las redes sociales ayudan mucho a este tipo de polarización. "Las redes sociales funcionan como validador porque siempre están cerca de lo que yo opino. No importa si es verdad o no, no importa la refutación. Te dicen 'está en las redes y yo creo que es así'. Es más importante la creencia que la verdad", insistió.

La fuerte presencia del presidente Javier Milei en las redes, algunos de sus allegados y, sobre todo, la gran cantidad de militantes que multiplican sus dichos también pasó por el análisis de Pianta. "El tema de las redes es una estrategia. Sus militantes en redes, que replican información como si fuera verdadera, es una estrategia determinada. Y tiene que ver también con un cambio de época", declaró.

"Yo escuchaba a Marcos Peña, quien fue jefe de Gabinete en el Gobierno de Macri en el año 2015. Leí una entrevista que le hacía Hernán Iglesias Ilia, quien formó parte de su equipo y tiene la revista Seúl. Marcos Peña dice que todo el cambio generacional está mutando a una aceleración del cambio de demanda. Algo así como que cada vez más, para el votante o para las personas, las categorías anteriores de política pesan menos. El problema es que cada vez es más difícil que alguien escuche la conversación política, porque cada vez la conversación política es menos relevante para un montón de gente".

Y añadió: "En esto de la inmediatez, alguien publica algo, alguien lo levanta, alguien lo lee, alguien lo valida, y punto. Ya no se trata de chequear la información, ver si es verdadera, si no lo es".

Súper conectados

"En el año 2007 se creó el IPhone. En el 2015, el 18% de los argentinos tenía smartphone. Hoy, a nueve años de esa última cifra, el 95-96% de la población tiene smartphone. No digo el 100% porque hay gente que no. Y entonces, eso también cambia la manera de ver las cosas", precisó Pianta.

"Los políticos y los comunicadores estamos teniendo que adaptarnos a nuevas dinámicas. Y esto implica específicamente revisar tácticas tradicionales y considerar enfoques para conectar con la audiencia, con la ciudadanía o con lo que sea. Y estamos tratando de hacerlo ahora sin que nadie nos lo haya enseñado".

"Por otro lado, el cambio tecnológico avanza a un ritmo tan rápido que la adaptación digital en el ámbito político comunicacional crea un desfasaje entre las herramientas tecnológicas disponibles y la implementación efectiva, para mí, de la comunicación a nivel general. Ni siquiera hablo de la comunicación política".

Falta de confianza

"Hay un cambio en la percepción de la gente respecto de la política, estamos tratando de analizar cómo el periodismo juega su papel en esta era digital, cómo las redes sociales influencian en la opinión pública. Todo esto para mí es un combo que tiene mucho que ver con la transparencia y la confianza en las instituciones políticas. La falta de transparencia y la percepción de corrupción ha erosionado tanto la confianza de las instituciones políticas y de los políticos que la gente va a buscar esa confianza a otros lugares como pueden ser las redes y a otros y otras personas como pueden ser los políticos outsiders".

Provocador

"La comunicación política, en el caso de Milei para mí tiene algunas características a destacar: es hiper personalista, siempre hay un despliegue de furia y un ataque específico, avalando el ataque de los propios o hablando del otro que no piensa como él, como un orco, un imbécil, un idiota, como alguien que no entiende. Lo hace con un lenguaje ultra radical y provocador para imponer una propia visión. También hay un desprecio hacia el valor del Estado y la exaltación del individualismo que a mí, al menos, me preocupa".

Cosechando bronca

"Me llegó un paper que se puede buscar por Internet y que es para mí de una de las personas que mejor entiende y analiza desde lo teórico el discurso político. Se llama Sol Montero. Es una argentina investigadora de la Universidad Nacional de San Martín. Publicó un paper en la revista Panamericana de Comunicación que se llama Una democracia afectada política y emocionalmente en el discurso de la nueva derecha y ella habla específicamente de cómo Milei y La Libertad Avanza trabajan esto. Es una habilidad estratégica esto de utilizar las emociones y de ir desde el resentimiento hasta el descontento, pasando por la frustración pero mostrando la esperanza. Es movilización de seguidores a partir de forjar una identidad política sólida siempre en torno a su figura".

Mentiras que prenden

"Hubo un estudio que se hizo en 38 países analizando el discurso político más allá de la ideología. Lo hizo un amigo argentino que uno respeta mucho y es Mario Riorda. El resultado fue que el 50% del discurso político es falso y debe ser chequeado. O sea, la mitad de lo que los políticos dicen, más allá del país y de la ideología, es falso y debe ser chequeado. Desde Latinoamérica pasando por Norteamérica, por Europa, por Asia, pasando, por países comunistas o socialistas. O sea, no importa la ideología, no importa el contexto social, no importa el régimen que esté en ese país: el 50% del discurso político es falso. Es un dato atronador. Y vos fíjate que muchas veces, igual, ese discurso pregna. Volvemos al principio. Yo te digo, che, pero es falso lo que dijo. Y vos me respondés, tal vez en algún punto es falso pero tiene razón, tiene razón lo que dice".